Tipos de kebab poco conocidos
Aunque todos conocemos de sobras el clásico kebab de pollo, de ternera o mixto, la realidad es que hay mucho mundo más allá de estas tradicionales variedades.
De hecho, la carne que rellena del kebab en sí, no es la única variable que podemos personalizar de toda la ecuación. Por ejemplo, existe el Lahmajoun (https://explorepartsunknown.com/armenia/recipe-lahmajoun/), un kebab que podría asemejarse más a una pizza, ya que el pan de pita está extendido en forma redonda y la carne está dispuesta por toda la superficie.
Hoy en día también podemos encontrar kebabs con pan te pita hechos con harina integral. También se han hecho muy populares los kebabs veganos y vegetarianos, los cuales prescinden totalmente de la carne y utilizan otros ingredientes de origen natural, proporcionando así un aire totalmente nuevo a un plato con tanta tradición.
Trucos para hacer un kebab casero
El kebab es sin duda la receta de origen turco más popular en occidente. Las calles de todas las grandes ciudades están repletas de establecimientos que venden estas delicatessen. Sin embargo, cuando se trata de replicar la receta en casa, las cosas pueden complicarse.
Antes de asar la carne, es vital que la adereces como es debido para poder imitar al máximo el sabor original. Las especies más habituales suelen ser el clavo, el comino, el jengibre, el cardamomo, la nuez moscada y la pimienta negra.
Una vez tengas mezclada la carne picada con todos estos condimentos, llegará el momento de asarla. Nuestra recomendación es que lo hagas en una parrilla a fuego lento para que no quede demasiado reseca.
Por último, pero no menos importante, está el pan de pita (https://www.pequerecetas.com/receta/pan-de-pita/) para envolver nuestro kebab. Es bastante complicado imitar a la perfección este pan tradicional árabe, aunque con un poco de maña y un buen horno, puedes conseguir un resultado que esté a la altura.
Qué tipo de kebab es el más saludable
El verano está a la vuelta de la esquina y la operación bikini ya se ha puesto en marcha. Como todos los años, empezamos a preocuparnos por movernos más y comer algo menos, con el objetivo de lucir palmito cuando los primeros rayos de sol veraniego lleguen a nuestras costas.
Pero cuando esta temporada llega, también nos encontramos ante los mismos dilemas: ¿tendré que dejar completamente desterrada la comida basura?
Lo cierto es que por suerte para nosotros, aquellas dietas en las que todo son alimentos prohibidos ya no están de moda. Ahora lo que se lleva es comer equilibrado y tomarse algún que otro capricho de vez en cuando (https://www.diariodenavarra.es/noticias/mas_actualidad/sociedad/2013/03/31/una_dieta_equilibrada_sin_mitos_alimentos_prohibidos_112703_1035.html). Después de todo, si nosotros no nos regalamos estos placeres culpables, ¿quién lo hará?
Y sí, en esta nueva forma de hacer dieta se incluye la posibilidad de comerte un kebab de vez en cuando. De hecho, ¿quién no ha caído en la tentación de comerse un kebab en Barcelona (https://www.just-eat.es/a-domicilio/barcelona/kebab) o Madrid mientras paseaba por las calles de la ciudad?
Sin embargo, hay que saber que no todos los kebabs aportan las mismas calorías ni son igual de grasosos. En el artículo de hoy ahondaremos en esta cuestión y te contaremos cuál es el tipo más saludable para que puedas seguir dándote estos caprichos sin temer por la operación bikini de este año.
EL PAN, UNA FUENTE DE CARBOHIDRATOS
Sabemos que el pan es una pura fuente de carbohidratos, con lo que es un elemento a tener muy en cuenta si estamos a dieta. Los panes más habituales en los kebab son el pan de pita, el dürum o el döner.
Por lo general, en los tres casos estaríamos hablando de una masa de pan bastante fina y ligera, con lo que no debería aportarnos demasiadas calorías a la hora de la verdad. Algunos restaurantes turcos ya ofrecen kebab integral, así que si puedes escoger entre este y el pan blanco, decántate siempre por el integral.
EL RELLENO
Aquí es donde la cosa se pone interesante. Aunque hay kebabs de muchos tipos, los más populares y célebres de todos son los de pollo y ternera, siendo el mixto un best seller en cualquier establecimiento de kebabs que se precie.
Obviamente, ya nos podemos imaginar que la carne de pollo siempre será más ligera y saludable que la de ternera, aunque en realidad, lo que se esconde tras esos bloques de carne es mucho más intrincado de lo que podría parecer a priori.
Según un estudio de la OCU (https://www.ocu.org/alimentacion/alimentos/informe/kebabs-analisis) en donde se analizaban 25 kebabs de ternera, se descubrió que la composición de esta carne tenía en realidad poca proporción de carne de vacuno. De hecho, la mayoría de estos preparados no son más que una mezcla de distintos tipos de carnes y grasas junto a grandes cantidades de almidón y conservantes.
En cambio, con los kebab de pollo la cosa cambia bastante, ya que según el mismo estudio se demostró que estos sí respondían más a la composición que se esperaba de ellos. En otras palabras, que en los análisis aparecía una gran proporción de pollo.
LAS SALSAS
Por último, pero no menos importante, deberemos tener muy en cuenta las salsas que echamos a nuestro delicioso kebab. Aunque existe un gran debate en cuanto si se pueden consumir o no salsas estando a dieta (https://biotrendies.com/podemos-comer-salsas-si-estamos-a-dieta.html), en el caso de los kebabs tenemos la gran suerte de disponer de la ligera y sabrosa salsa de yogur, que no solo es menos calórica, sino que también es más saciante que las demás.
Después de todo, parece que comerse un kebab de vez en cuando no es tan mala idea, ¿verdad?